jueves, 24 de enero de 2013

A veces


A veces
renunciamos
a lo que más queremos
porque a veces
nos prohíben
lo que más deseamos
o porque nos dicen
que sólo a lo permitido
tenemos derecho.


A veces
nos exigen que claudiquemos
ante lo prohibido
aunque sólo a los humanos
se les prohíbe
lo que está prohibido.

Pero a veces decimos
que nuestra sangre es río
que nuestro pecho es volcán
que nuestro cuerpo es fuego...

Pero
¿quién le impide
a un río que se desborde?
¿Quién evita
que un volcán arroje llamas?
¿Quién le prohíbe
al fuego que calcine?

Y sin embargo
nos exigen
que seamos humanos 
y tenemos que ser humanos
para renunciar a todo
lo que está prohibido.

martes, 22 de enero de 2013

Paradoja del trabajo

Sobre el trabajar

En épocas anteriores a la industrialización, el trabajo era algo tan despreciable que por eso se invento la esclavitud, que luego la modernidad llamó ¨trabajo asalariado¨. Antes griegos, romanos, caballeros feudales, etc. eran todo deportes, dados, justas y buen vivir. Hasta que el capitalismo, al ver que no iba a ningún lado, le pidió ayuda a la reforma protestante. Entonces Calvino santificó el trabajo, decreto abstinencia  y la idea se propago por todo el mundo cristiano.

Y llego al Vaticano pese a que la Biblia en ningún momento dice que el trabajo es santo, al contrario dice que el trabajo es un castigo. Y tan es así, que la palabra trabajo viene del latín  tripalium, instrumento de tortura parecido al cepo.

El trabajo es un cepo. Eso lo sabemos todos. Paúl Lafargue descubrió las maliciosas maniobras que hacen del trabajo un instrumento de dominación  advirtió la extraña locura que genera, y propuso el derecho de luchar por el ocio. Claro se gano la enemistad del capitalismo que ve en ocio un sabotaje a la plusvalía.  Y depaso la antipatía del comunismo que ve en el ocio un sabotaje a la producción  Lafargue con su libro, El derecho a la pereza, no quedo bien con nadie. Los cubanos lo lee de soslayo, pero lo leen. Y es que Lafargue nació en Cuba.

Por defender el ocio murieron los mártires de Chicago, en 1889.  Querían reducir la jornada laboral, trabajar menos, y tener mas tiempo libre. Después de controlar la insubordinación del ocio, la burguesía determino que la vagancia es mala pues no produce nada que se pueda vender.

La adicción al trabajo es la religión del sacrificio. Pero no se crea que el alma de los trabajadores alcanza la gloria eterna. No. Es la industria farmacéutica la que accede a la eternidad. Funciona así  para aumentar la productividad se exige un hirperactivismo que desemboca en estrés que produce insomnio que se tratan con narcóticos que producen depresiones  que deben ser aliviadas con antidepresivos que bajan el rendimiento que obliga a la ingesta de anfetaminas para mantener el hirperactivismo que aumenta la productividad.
Al llegar aquí, la victima, hecha un puré de psicotrópicos, es despedida por incapaz. Lo que no importa a la industria farmacéutica por que hay un millón  de futuras victimas peleándose por ocupar el lugar de la anterior.

martes, 1 de enero de 2013

Libros Inspirados por el Diablo


El diablo le susurra malos consejos al oído izquierdo.

Antiguo monasterio perteneciente en su día a la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Acre, del que sólo se conserva la iglesia y las arquerías del claustro. Se emplaza en la misma orilla del Duero en la capital soriana. El templo está consagrado a San Juan, y en la actualidad carece de culto.

La Sagrada Escritura es de inspiración divina, como enseña la iglesia. En oposición a ella pueden haber escrituras humanas de inspiración dibolica. Jamas se le ha negado al Diablo alguna perversa genialidad y seria extraño que hubiese aprovechado , adema de sus propias artes maléficas, el arte literario ejercido por los hombres. 
En la literatura europea hay algunas obras que por su contenido sofistico , blasfemo y nihilista podrian haberse sebido  a dictados del espiritu de Satanás. Éste, no olvidemos , es "loico" como dijo Dante y se complace tanto en la negacion intelectual cuando en las bajezas bestiales.
Algunos polemistas catolicos  tuvieron por "obra del Diablo" muchos libros que les parecian herrados y nefastos por cuantose ponian a los intereses de la Iglesia. Pero empleanban esa expresion con mucha facilidad y sin creer, en una autentica inspiracion directa de Satanás. Pero hay algunos libros para los cuales esa hipotesis de una colaboracion demonica resulta bien verosímil.
Uno de esos libros es, desde luego, el De Tribus Impostoribus,  donde se pretende demostrar que Moises, Jesús y Mahoma no fueron sino astutos impostores. La primera edicion del famoso y casi inhallable opúsculo es de 1598, pero se le atribuyo nada menos que al emperador  Federico segundo de Suabia, que tenia fama de incredulo.
En el mundo protestante, estuvo muy difundida la opinion de que El Príncipe de Maquiavelo era una obra inspirada por el demonio,  ya que en aquellos cándidos fanáticos el libro parecá un breviario de todas las artes infernales para dominar y suprimir a los hombres.
Hoy nadie acepta esa maliciosa opinion -por lo menos entre los catolicos- en cambio se podria atribuir , com mayor verosimilitud, inspiracion diabólica  a la obra de un inglés, el famoso Leviatan (1651) de Tomas Hobbes. Este libro es, como se sabe, una terrible sistesis del materialismo radical y del determinismo absoluto: Nada  de éspiritu, nada de libertad; la conclucion es que la vida humana consiste en la "guerra de todos contra todos" 
En el mundo anglosajón no faltan otras obras que podrian  parecer inspiradas por el Adversario. Piense por ejemplo en el Matrimonio del cielo y el infierno (1790) de William Blake, donde los proverbios infernales  tienen irreverente desemboltura  que hace pensar en el futuro Nietzche.
Piensese en tambien el Manfredo y en El Vampiro de Byron y el Melmoth errante de Maturrin  (1820), que narra la terrible vida de uno de los más aterradores monstruos morales creados por la llamada  escuela de la "novela negra".
Y es necesario no olvidad el celebre ensayo El asecinato  como una de las bellas artes (1827,1839,1854) de Tomas Quincey, uno de cuyos ecos se se oye en el famoso ensayo  Pluma, lápiz y veneno de Oscar Wilde, Publicado en el volumen Intenciones   (1891), donde se cuentan las hazañas del diabolico criminal Tomas Griffiths  Wainewright. 
Con su habitual y despiadada agudeza  Edgar Allan Poe expone la teoria de la complacencia del mal por el mal en su célebre cuento fílosofico el El instinto de la perversidad, donde se describe la atraccion por el abismo. Aquellas ideas de Poe tuvieron  mucha influencia en Baudelaire y, através de éste, en no pocos decadentes de europeos. Reflejos satanicos aparecen tambien en la obra de un conterporaneo de  de Baudelaire, Madame Putiphar (1839) de Petrus Borel. Este fundo dos años mas tarde un periodico que se llamaba Satanás. Francia conocía otro libro todavía más satánico, el Testamento del cura Mellier (o Meslier), muerto en 1729, del cual publicaron , algunos fragmentos Voltaire (1762) y d´Holbach (1772)
En el Testamento se leia la frase macabra,  famosa en la epoca de la Recvolucion Francesa, en la que el sacerdote Mellier decía que había que ahorcar al ultimo cura con las tripas del último rey.
Diversas personas piadosas han creido encontrar el halito y el soplo del dictado luciferino en la pequeña obra de Nietzsche El Anticristo (1888), una de las últimas obras que el filosofo escribió antes de la locura y en la cual se condena la moral cristiana de la piedad. Pero en otras obras de este mismo autor se puede sentir los tonos y arranque satanicos.
En la literatura conterporanea son inumerables los libros que parecen ser sugeridos por el Principe de las tinieblas . Pero el mas tremendo, apesar de la mesura del relato, que no hace ningun despliege de desahogos infernales, la Metamorfosis (1912) de  Kafka. En la historia aquel hombre mediocre que depronto se convierte en insecto que vive su horrible vida de gusano, se puede advertir la broma más siniestra que el Demonio puede haber imaginado para humillar y torturar al hombre. En el Proceso del mismo autor se adivinan las crueles inteciones  de un Diablo clandestino y anonimo que turba las almas en forma inderecta pero impecable, desatacando una misteriosa culpa que puede ser el pecado original.

El problema que se plantea es este: ¿Los autores que se han nombrado y que hemos recordado tuvieron o no conciencia, clara u oscura de una inspiracion satanica, total o parcial?. Lo probable es que la mayoria no la advirtio, porque una de la mas famosas tretas del Diablo es precisamente la de no hacerse notar.

Solo uno de ellos, André Gide, tuvo presente ese problema y lo resolvió con cluyendo que en todas las artes  es necesaria la particpacion demoniaca.
Con franqueza que provoca admiracion y temor, afirmo ,en efecto, que "sin la colaboracion del Demonio no hay verdadera obra de arte"